A unos 30 kilómetros al sudoeste del centro de Londres se halla un edificio impresionante, un precioso palacio que a menudo se olvida en las visitas de la capital británica. Se trata del Palacio de Hampton Court.
El Cardenal Wolsey ordena en 1514 la reconstrucción de esta antigua mansión y, poco después, se lo entrega a Enrique VIII, que establecerá allí su residencia. Sí, al conocido rey de las 6 esposas y fundador de la iglesia anglicana, le encanta vivir en este lugar, alejado de la gran, y entonces sucia, urbe, Londres. Tanto es así, que Enrique VIII continúa con el embellecimiento del palacio.
Ya a finales del siglo XVII, el edificio fue ampliado y reconstruido en gran parte. Se utilizaron los planos de Christopher Wren, de inspiración versallesca.
El palacio servirá de residencia real hasta 1760, año en el que Jorge III llega al trono.
Nada más traspasar las puertas del palacio de rojos ladrillos y retorcidas chimeneas, nos hacemos una idea de las maravillas que vamos a encontrar en el interior.
El
Patio del Reloj recuerda a Ana Bolena. El
Patio de la Fuente también deslumbra.
Una vez dentro, es imprescindible visitar el
Gran Salón, decorado con tapices únicos, y la
Capilla Real, con su dorado techo esculpido.
Como nosotros, también tendréis la oportunidad de visitar los
aposentos oficiales de Enrique VIII, los
aposentos de la Reina y las
habitaciones georgianas, un compendio del siglo XVIII. Por poder, podréis entrar hasta en la
bodega y las
cocinas Tudor de Enrique VIII.
En el interior del palacio, la decoración es increíble: altos techos, cúpulas decoradas, amplísimas estancias, animales mitológicos, porcelana, tapices, pinturas italianas de primer orden…
El
jardín, de estilo francés, está asimismo considerado como uno de los más bellos de Europa. Allí no hay que perderse el
laberinto del palacio.
Por cierto, si os gustan las historias de fantasmas, dice la leyenda que Catalina Howard vaga por Hampton Court. Catalina fue una de las esposas de Enrique VIII y fue decapitada en la Torre de Londres por orden de su marido. De cosillas así, le viene la fama a este rey.
¡Qué hombre, el Rey! ¿Cuántas esposas tendrá? (Jane Rattsey, interrogada por chismorrear en la Corte, 1541)
Un consejo para los que ya tengáis en mente acercaros a Hampton Court. Id con tiempo. Tanto es lo que se puede visitar en este palacio, que nosotros pasamos una mañana completa recorriéndolo. Además cierra más bien tempranito; a las 16h30 en invierno y a las 18h en verano.
Para llegar, hay trenes directos desde London Waterloo. El trayecto es de media horita.
Momento Chips
En 1603, Shakespeare y su compañía de teatro The King’s Men representaban obras en el Gran Salón del Palacio de Hampton Court ante el Rey Jacobo I.