Los españoles tenemos la gran suerte de poder encontrar una de las maravillas del arte prehistórico en territorio nacional. Se trata de Altamira, una cueva que se halla en el Norte de España, en Cantabria, a dos kilómetros de Santillana del Mar.
La Cueva de Altamira, inscrita como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1985, no está actualmente abierta al público para evitar su deterioro.Sin embargo, se puede visitar la Neocueva, una réplica de Altamira, que se halla dentro del recinto del Museo de Altamira y a escasos metros de la cueva original.
La Neocueva es una estampa de Altamira hace entre 25000 y 13000 años, donde vivían pueblos cazadores y recolectores. Los habitantes de la cueva vivían principalmente en la zona de la entrada, en torno a varias hogueras. En el interior, estos hombres del Paleolítico se expresaban a través de figuras y signos. En la galería final, junto a estas pinturas, encontramos también máscaras. Es además en esta zona más oscura de la cueva donde se realizaban ritos.
El arte de Altamira destaca por la calidad de sus pinturas y grabados, por la diversidad de técnicas y estilos y por haber ido acumulando obras a lo largo de más de 10000 años.
Los habitantes de la cueva realizan sus figuras dibujando y haciendo uso de las grietas y relieves de la roca. Perfilan de color negro con carbón vegetal de las hogueras y colorean de rojo con mineral de hierro pulverizado y mezclado con agua. Las actitudes de los animales representados son muy diversas: parados, echados, enfrentados, bramando, en celo.
Entre las figuras destacadas que datan de hace 14500 años encontramos un bisonte adulto, un bisonte recostado, una cabeza de bisonte y una cierva.
La representación del bisonte adulto, dibujado en negro y con el cuerpo rojo, nos permite distinguir su imponente musculatura.
El bisonte recostado, de nuevo negro y rojizo, incorpora en su forma las grietas y relieves de la roca.
La cabeza de bisonte está dibujada con carbón vegetal y el trazo varía en intensidad utilizando la misma técnica que el carboncillo o el difuminado. Su cuerpo fue cubierto por el de un bisonte pintado posteriormente.
En cuanto a la cierva, su vientre coincide con una zona abultada, sugiriendo su embarazo.
Una cabra pirenaica salvaje dibujada con muy pocos trazos data de hace 18000 años.
También se pueden ver manos y un caballo levantado sobre sus patas y dibujado mediante líneas de puntos gruesos contiguos. Se estima que estas figuras llevan en la cueva la friolera de 22000 años.
Momento Chips
En 2008, el sitio Patrimonio de la Humanidad de Altamira, fue ampliado para incluir otras 17 cuevas de la cornisa cantábrica. Todas ellas cuentas con muestras destacadas de arte rupestre paleolítico.