Si no los habéis probado todavía, no sé a qué estáis esperando.
Receta: Scones
Para 10 scones - Tiempo de preparación: 40 minutos.
Ingredientes: 225 g de harina con levadura, 75 g de mantequilla, 40 g de azúcar (preferiblemente “Golden caster sugar”, azúcar moreno muy fino), 1 huevo grande, 3 cucharadas de suero de mantequilla* (“buttermilk”), sal
* Si no podéis encontrar el suero de mantequilla, reemplazadlo por leche cuajada durante 10 minutos con unas gotas de limón o vinagre.
Tamizamos la harina y la sal sobre un cuenco.
Añadimos la mantequilla, que estará a temperatura ambiente, con los dedos, hasta que la mezcla tenga un aspecto al de las migas de pan.
Incorporamos el azúcar.
En un bol pequeño, batimos el huevo con 2 cucharadas de suero de mantequilla.
Añadimos al resto, mezclando la masa con una espátula. Cuando se empiece a unir, terminaremos mezclando con las manos. La textura debería ser blanda sin ser pegajosa. Si la masa ha quedado demasiado seca, rectificaremos añadiendo un poquito más de suero de mantequilla.
Tras haber formado una bola con la masa, la colocamos en una superficie ligeramente enharinada y la estiramos con un rodillo dándole forma circular. El espesor de la masa debe ser de al menos 2,5 cm. Es importante que respetemos este espesor pues es el secreto de unos scones bien inflados.
Vamos cortando cada scone colocando sobre la masa un aro circular de 5 cm con un golpecito seco. No giramos el aro sino que lo levantamos y sacamos la masa. Procedemos hasta que sólo nos queden los bordes, que volveremos a amasar para formar un último scone.
Colocamos los scones sobre una bandeja de horno, ligeramente engrasada y espolvoreada con harina. Les damos un brochazo con el suero de mantequilla y espolvoreamos un poquito de harina sobre ellos.
Horneamos en la parte superior de un horno a 220°C durante 10-12 minutos o hasta que se vean inflados y doraditos.
Dejamos enfriar sobre una rejilla y servimos con mantequilla, mermelada de frambuesa o nata (“clotted cream”)
Los “scones” no se conservan bien así que si nos queda alguno, es mejor congelarlos. Sin embargo, dudo mucho que os suceda. En casa, los “scones” desaparecen en cuestión de horas.
Momento Chips
Algunos historiadores relacionan la palabra “scone” con la frase “Stone of Destiny” (Piedra del Destino), lugar donde los Reyes de Escocia eran coronados.
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